jueves, 5 de noviembre de 2009

Construyendo ''mi realidad''

Si pretendo hablar de mi,surgen las dificultades:tendría que decidir sobre lo que quiero decir con los términos ''mi'' y ''yo''.
Sabemos,al menos desde los Sofistas,que las palabras son denominaciones arbitrarias y,sólo el acuerdo y la ley han hacho que tengan relación con las cosas.Empezaremos por admitir esta tesis sobre lo convencional del lenguaje.
Para aclarar lo que quiero decir os voy a hablar-que Platón me perdone-de mis zapatos viejos:Hace no sé cuántos años que tengo este viejo par de zapatos...Efectivamente ha pasado mucho tiempo,por lo que reparo que le han cambiado los tacones,las suelas,los cordones tampoco son los originales y,hasta el color de esa erosiona piel ,ya no es el mismo.Nos zambullimos en ese continuo fluir heraclitiano del''Nada es,todo fluye''.
Cuándo hablo de mi vida,¿a qué me refiero?,¿a la vida de quién?,¿de un yo que se cree único´singular,pero que es,a su vez,múltiple y cambiante?¿QUIÉN ES ESE ''SEDICENTE'',ESE ''LLAMADO''YO?
¿No sería más correcto hablar de esos otros yoes,que viven y se suceden en el curso de una existencia y que se estructuran de manera,más aparente que real,para construir una unidad?
Está el yo del niño y el yo del adolescente que fui.El yo del adulto que soy y el yo,posiblemente,del anciano que seré.
No será que sólo hay estados de ánimo donde ponemos nombre a las cosas.Estados de ánimo,repito,que se suceden y que unifican lo que es múltiple y diverso.
No es que negemos que haya cosas y que entre ellas,estaría yo.Pero,¿quién es ese yo o esos yoes?..¿Se trata de diferentes realidades que s metamorfosean en el tiempo?.¿No se tratará,en cierta medida,de meras ''creaciones''del lenguaje.
Claro que no es sólo cuestión de lenguaje,por muchas analogías que podamos establecer entre él y la realidad;aunque no cejará en ese intento de poner etiquetas para así mejor manejarla y permitir,de esa manera,que nos entendamos mejor los unos con los otros.
Hablar sería un modo de existir.Antes de hablar(...o pensar),está el ente que habla o piensa...Y todo lo dicho nos sirve para ejemplificar el hecho de que el lenguaje es recurrente y lo difícil que es salir de esa cárcel.
La Realidad no es una construcción que se haga con nuestro lenguaje.Está ahí afuera,aunque no sepamos demasiado bien lo que esta sea.Accedemos a ella a través de todas la vías que nos ofrecen nuestros sentidos,pero,preferentemente por medio del Pensamiento,es decir,del Lenguaje

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